miércoles, 7 de noviembre de 2018

San Pedro de Moissac

Nos encontramos ante la abadía de San Pedro de Moissac (Francia), un gran ejemplo del arte Románico de la Alta Edad Media.

Fundada en el siglo VII, fue saqueada por los musulmanes tras ser derrotados en la batalla de Poitiers, e incendiada en el año 1042. En 1047 se une a la poderosa orden religiosa de Cluny y se va a convertir, desde el siglo XII, en el más eminente centro monástico del suroeste de Francia. Si la abadía y el claustro ofrecen un ejemplo destacable de los estilos románico y gótico, es el tímpano de la portada sur el que constituye la verdadera obra maestra de Moissac.


Antes de analizar el tímpano, debemos admirar la belleza del claustro de la abadía. Podemos apreciar como se alternan estilizadas columnas simples y dobles de fuste liso con capiteles decorados con motivos vegetales y escenas del Génesis de la Biblia, que sostienen la arquería de arcos apuntados ( a diferencia del arco de medio punto que es una semicircunferencia, el arco apuntado está ligeramente alargado en su punto más alto y tuvo un mayor uso durante el gótico, que lo estudiaremos en la siguiente unidad didáctica).


Ahora vamos con la portada sur que contiene el tímpano:



Introducción
Podemos decir que el tímpano es una obra escultórica en relieve realizada en el siglo XII, cinco siglos más tarde de la fundación de la abadía. Su autoría es desconocida. Se encuentra en el pórtico sur de la abadía de San Pedro de Moissac (Francia).
Análisis
La portada (fachada) consta de un arco ligeramente apuntado, con sucesivas arquivoltas apoyadas en sus jambas. El tímpano descansa sobre el dintel y este, a su vez, sobre el parteluz que divide la entrada a la iglesia en dos puertas.

En el tímpano se representa el tema del Apocalipsis escrito por san Juan. Cristo en majestad (Pantocrator), con el libro de la vida en la mano izquierda y bendiciendo con la derecha, está rodeado de los símbolos de los cuatro evangelistas (tetramorfos): el águila que representa a san Juan, el león a san Marcos, el toro a san Lucas y el ángel a san Mateo. Al lado de Cristo dos serafines (ángeles) sostienen un pergamino haciendo alusión al juicio final. 
 
Los 24 ancianos del Apocalipsis están representados en tres franjas separadas por un "como mar de vidrio semejante al cristal", según se lee en el Apocalipsis. En la parte inferior hay 14 de ellos que tienen en sus manos copas o instrumentos musicales. Las miradas de todos ellos convergen en la figura de Cristo. Los demás ancianos están repartidos de forma simétrica también separados por el mar de vidrio. Se da así a entender que rodean a Cristo.
Esta es la representación tradicional dentro del románico, con las peculiaridades propias de cada lugar. En el dintel aparecen ruedas de fuego que representan el fuego infernal. 
Hay en el tímpano una disposición jerárquica; a mayor tamaño, más importancia de lo representado. Por eso Cristo es la figura mayor, seguida de los serafines y los símbolos del tetramorfos y por último el menor tamaño de los ancianos. Este conjunto escultórico en relieve tiene las típicas características de la escultura románica: posturas antinaturales, rigidez, falta de expresividad...
También puede apreciarse perfectamente la ley de adaptación al marco arquitectónico propia del románico, así como la tendencia a llenar todo el espacio disponible (horror vacui o miedo al vacío). 
Comentario
Este tímpano representa a un Cristo juez con una actitud autoritaria e implacable pensado para inspirar temor entre los fieles, adoctrinándolos en la fe cristiana mediante el miedo al infierno. 
La escultura románica cumplía una función didáctica ya que la mayor parte de la población medieval era analfabeta. Esta obra refleja el importante papel que tenía el clero durante el Edad Media, en el que destacaron las órdenes religiosas como las de Cluny (orden benedictina). Las órdenes religiosas medievales promovieron las cruzadas y las peregrinaciones a lugares santos.


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Detalle del Pantocrator y el tetramorfos

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