domingo, 3 de febrero de 2019

El patio de los leones

El Patio de los Leones es el patio principal del palacio de los Leones, en el corazón de la Alhambra. Fue encargado por el sultán Muhammed V del Reino nazarí de Granada en el segundo periodo de su reinado y se construyó entre 1362 y 1391. Representa el apogeo del arte nazarí, con influencias islámicas y cristianas.


Es un patio, de 35 metros de longitud y 20 de ancho, rodeado por una galería baja apoyada por 124 columnas mármol blanco, con un pabellón a cada lado del patio, con paredes de filigrana y cupulitas. Los suelos son de mármol, mientras las paredes están cubiertas de azulejos azules y amarillos hasta 1,5 metros, con bordes azules esmaltados y dorados. En el centro del patio esta la Fuente de los Leones, sobre la que se apoya el cuenco de piedra apoyada por las figuras de doce leones de mármol blanco.

El patio está dividido en cuatro partes, cada uno de ellos que simboliza uno de las cuatro partes del mundo, regada por un canal de agua que simboliza los cuatro ríos de Paraíso. Este patio es, por tanto, una representación arquitectónica de Paraíso, donde los jardines, el agua, y las columnas forman una unidad conceptual y física del mismo. El esbelto bosque de columnas representa las palmeras de un oasis en el desierto, el Paraíso imaginario nazarí. Esto ha hecho pensar que en la época nazarí, el suelo estaba más bajo, con especies vegetales plantadas escogidas para cubrir a los anfitriones de matices de color, creando el efecto visual de un tapiz de flores, con la parte superior de las plantas al mismo nivel del patio.

La arcada que rodea el patio alterna esbeltas columnas dobles y simples de fino fuste, sobre la que se apoyan los capiteles cúbicos y arcos de medio punto peraltados (elevados).

Las entradas de las 4 salas contiguas al patio tienen decoraciones de mocárabes tanto en los arcos como en las cúpulas interiores.


 La decoración predominante de los paramentos (paredes) son ataurique y sebka (relieve romboidal).

Quizás lo más llamativo de esta obra de arte es la representación de animales que rompe con la tónica iconoclasta típica del arte islámico, si bien esta obra se enmarca dentro del arte nazarí, que se caracterizó por la fusión de elementos artísticos islámicos (fuentes, ataurique, mocárabe, sebka, arco polilobulado) con otros estilos de Europa (arco de medio punto, claustro, anti-iconoclasia).

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